Cap. 3
Ya era sábado, para Dani un día que marcaría una batalla ganada en la guerra del amor, o eso era lo que pensaba, el pobre no sabía lo que le esperaba.
Se escuchaba el desagradable sonido del despertador, ¡ya era de día en todo el país!
Un día nuevo para unos, uno cualquiera para otros, pero para Dani era uno especial. Había soñado con ese momento desde que conoció a aquella chica, de la cual aún no sabía su nombre.
- ¡Dani! Baja a desayunar - le reclamaba su madre.
Mientras apagaba el despertador, se estiraba y abría los ojos hacia un día para el irrepetible, como todos los que había vivido desde que la había conocido. Se levantó, la cama estaba completamente deshecha, se había resfriado y estaba constipado.
- ¡Oh, no! Hoy no... - dijo mientras suspiraba.
Bajó a la cocina a desayunar, tenía bastante hambre por lo que además de las tortitas de siempre, se había hecho a parte unos huevos con patatas. ¡Parecía que llevaba meses sin comer!
- No comas tanto, te va a sentar mal - dijo en tono preocupante la madre.
- Mamá, tengo hambre, no fastidies, ¿quieres que me muera? - se enojó Dani - unas veces me dices que coma y otras me prohibes, aclárate.
- Relájate señorito.
Después de desayunar se fue para la habitación, no sabía que hacer por lo que entró en el messenger, habló con algún que otro personaje de su instituto, miró algunos vídeos en internet y con todo ello ya era hora de comer.
Después de comer se fue a dar una vuelta por la ciudad, a pensar, reflexionar sobre la ''cita'' que tenía con ella, esa chica sin nombre.
Ya había llegado la hora, eran las seis de la tarde, ya había llegado diez minutos antes, no sabía porqué pero sus piernas le habían llevado sin más. Espero durante unos minutos hasta que llegó ella, iba de azul, zapatos blancos con unas pequeñas insinuaciones azules, el vestido era corto y llevaba un cinturón azul celeste. Estaba guapísima y a Dani sólo le quedaba desmayarse porque la cara que le había quedado no era la adecuada para presentarse delante de una chica con dos besos. Después de saludarse y dar los dos besos procedieron a pasear.
- Y ¿qué tal? - preguntó Dan intentando sacar tema.
- Bien, un poco atareada con el insti, ¿ y tú?
- Yo también un poco liado con lo del insti - respondió - y ¿ qué edad tienes?
- Eso no se le pregunta a una dama - dijo sonriendo.
- Es verdad, perdón - se disculpó medio en broma.
- Tengo 16, ¿ tú?
- Yo también.
Siguieron paseando, hablando de sus cosas, pero lo que no sabía aún era su nombre. Le había contado que el verano lo pasaba con sus tíos en Inglaterra, ahora estaba con sus padres en un pisito ( al que le había acompañado cuando tropezaron) y que en realidad estaba un poco mal por una amiga que estaba deprimida por temas amorosos.
- Y ¿tú?
- ¿ Yo qué? - preguntó ella desconcertada.
- De amor, ¿cómo estás? - dijo un poco tímido.
- Bien, estoy con uno que vive en el Taquia, ¿ sabes dónde es?
¡Sorpresa! Se le habían ido sus planes abajo, ¿qué tenía que hacer después de saber aquello? Estaba desatinado, no sabía que hacer, lo primero era responder a la pregunta para que no sospechara.
- Si, está cerca del centro comercial Vivi - respondió con la voz apagada, él no quería que se le notara la desilusión que estaba teniendo en ese momento por lo que le preguntó cosas.
- Y, ¿cómo te llamas que aún no lo sé?
- Pues me llamo Laura, ¿y tú?
- Yo Dani.
Siguieron hablando hasta que anocheció, después él la acompañó a su casa y volvió por la penumbra hacia su casa, acorde con su estado sentimental, desvariaba, pensaba, imaginaña, soñaba, de nada le servía, no se podía quitar de la cabeza que otro chico estaba en la vida de su amor, de aquel amor que cada vez tenía a más leguas bajo el mar.
¡Se acabó el cap! Espero que les haya gustado ^^
No olviden votar con las estrellas que están debajo de este texto.
Hasta otra, sersuas.